El Sevilla FC se llevó el derbi sevillano en un partido completo de los hispalenses, que fueeon superiores a los verdiblancos, especialmente por la gestión del encuentro en la segunda mitad. Un gol de Lukebakio con penalti polémico marcó la hoja de ruta sevillista, que no dejaría escapar los tres puntos. Se marcha al parón con ilusión y esperanza.
La vida sigue siendo rojiblanca en el ámbito futbolero sevillano. Llegue mejor el Sevilla o esté peor el Betis, siempre acaba sonriendo a favor de los sevillistas, que le tienen tomada la medida a su máximo rival en estos duelos. El Betis no compareció salvo destellos, con mucho jugador desdibujado y que desaprovechó las escasas aunque claras ocasiones a favor.
El inicio del encuentro fue dinámico, con un Sevilla que salió con empuje y convicción. El Betis asumió un rol mas reactivo y los locales lo digirieron bien. Mayor posesión y ocasiones hispalenses en la primera media hora de juego, aunque sin crear un peligro claro a la meta defendida por Rui Silva. La tuvo mas clara el Betis, fruto de errores en salida del conjunto de Pimienta.
Pero el técnico catalán le ganó a su homónimo bético en el banquillo, incluso en ese tramo final de la primera mitad donde la igualdad imperó. Supo leer bien los momentos el Sevilla y estuvo mas vivo para acelerar o desacelerar cuando tocaba. La clave se encontró en el buen inicio sevillista en la segunda mitad, donde cerraría el encuentro. El Betis salió con dudas y lo pagó.
Unas manos de Diego Llorente en el área fueron consideradas punibles por Munuera, que señaló uno de esos penaltis inexplicables pero claros bajo reglamento. Lo transformó Lukebakio, que estaba completando un gran encuentro y, a raíz de entonces, el Sevilla se impondría en todo a su rival hasta el final del partido.
Empezó a ganar claramente los duelos divididos, encontrós espacios con Ejuke y manejó los tiempos pese a ir dando pasos paulatinos en repliegue. Pellegrini movió el árbol, pero ningún cambio funcionó. Y eso que encontraría la superioridad numérica en el descuento tras la segunda amarilla a Nianzou. Pero ni con uno menos el Sevilla se sintió amenazado.
Empieza el Sevilla a ser un equipo serio. Quizá no brillante, pero con armas interesantes que le permiten competir. Esta victoria dará moral, pero también argumentos a Pimienta para seguir trabajando. Quizá el proyecto empiece a mostrar luz. Queda un mundo para valorarlo, pero piedra a piedra el Sevilla busca crecer. Es vital que lo haga para su devenir. Volver a donde merece.
Fotos: @perezventana
