GIRO LOPERIANO. Por Fermín Hevia.
Estaba escribiendo un extenso texto poniendo a parir al alineador de turno y su secuaz, el exportero y exdirectordeportivodeéxito, cuando ha saltado la noticia sobre la condena de Del Nido. Sé perfectamente que esta es una web eminentemente deportiva, pero no es menos cierto que la figura de José María Del Nido es la figura del Presidente del Sevilla Fútbol Club. En los últimos 10 años, existe una clara bivalencia entre ambos, porque es imposible entender al Sevilla Fútbol Club actual sin Del Nido y, posiblemente, sea imposible hacer el ejercicio a la inversa.
Y no me malinterpreten, no es que lo que estuviese escribiendo carezca de sentido, sino que esto está tomando un «Giro Loperiano» que comienza a asustarme, porque puede, y va a hacerlo, afectar a nuestra Entidad.
Me van a permitir la licencia porque voy a explicársela: el último lustro viene marcado por la ambición desmedida de un presidente, alguien que supo inculcar a su equipo de trabajo de esas mismas ganas y que renovó por completo una Entidad con solera, pero anquilosada, en una empresa rentable y exitosa. Podemos matizar si el personaje de José María del Nido era algunas veces una caricatura, un canto a la vehemencia, pero no es menos cierto que, en clave sevillista, todos entendíamos y leíamos entre líneas lo que se nos quería transmitir: si pensamos en grande, seremos grandes. Si nuestros objetivos son más ambiciosos, creceremos.
Y así fue, se saneó la entidad y llegaron éxitos deportivos con los que la mayoría no podíamos soñar. El Del Nido visionario y ambicioso, había hecho realidad sus promesas y, con ellas, hizo feliz a cientos de miles de sevillistas que alabábamos su gestión y desatendíamos algunas voces críticas que nos parecían ventajistas y fuera de lugar.
Nos agarramos a visionarios del Sevillismo, a profetas y mesías que ladraban contra cualquier amenaza al status quo que se había establecido, y todos íbamos a una. En general, todos los regímenes dictatoriales comienzan igual, por aclamación del líder. Los grandes líderes dictatoriales fueron en un inicio líderes populistas, que le daban al pueblo lo que pedía el pueblo: Mussolini, Hitler, Mao, Kim, Batista y después Castro, todos eran revolucionarios que rescataron a sus países del ostracismo, de la pobreza o de la desidia histórica, apelando a la raza, el carácter de un pueblo, la historia o los derechos.
Espero que no se estén quedando en la comparación burda Del Nido – Dictador, porque nada más lejos de mi intención, y sería leer muy poco entre líneas sobre lo que quiero mostrar. Después de la aclaración, puede que necesaria, digo que lo que trajo Del Nido era, posiblemente, lo que necesitaba el Sevilla Fútbol Club y también los Sevillistas, para creer en nosotros mismos.
Sin embargo, también como pasó en todos estos países, la situación tornó; dejaron de salir tan bien las cosas, cada vez había voces más críticas, había menos cohesión y la supuesta profesionalización de la Entidad, al final se quedó en que en el Consejo estaban los de siempre, liderados por los de siempre, decidiendo como siempre y con los apellidos de siempre. Y claro, cuando el cotarro que parece una empresa, es en realidad un oligopolio, pues acaban por salir las vergüenzas a flote. Sin embargo, no nos echemos las manos a la cabeza indignados: esto, señores, es una empresa. Los accionistas mayoritarios mandan. Usted, que como yo tiene 10 acciones mal contadas, ni pincha ni corta, tiene su derecho a pataleo, pero las cosas no cambian si los que manejan el dinero no quieren que cambien.
¿Que Monchi despilfarra 150 millones de € en 5 años en futbolistas basura que no cuentan para el Club? No pasa nada, confianza ciega y mandamos al Goebbels de turno para que grite a los cuatro vientos la excelente planificación deportiva que tenemos por la operación salida (operación salida que es consecuencia de la nefasta operación entrada, que no se olvide nadie) y que trate de «hijo de tal» al aficionado o periodista que ose cuestionarse algo. ¿Que tenemos que fichar a un entrenador? Uno de perfil bajito, que no haga mucho ruido, si habla bien en público es un plus, pero al que podamos reconducirlo «sugiriéndole» cambios de sistemas o fichajes. ¿Que no hay clasificación europea? Es que nuestra ciudad no era ni tan grande, ni tan bonita, ni teníamos esa afición de diez, ni podemos poner los abonos al precio que otros clubes. ¿Que dejamos de tener buena prensa? Fichamos al experiodista con credibilidad y neopaniaguado de turno, le montamos un buen decorado, lo publicitamos bien y le traemos entrevistas que hagan ver lo abiertos y personales que somos.
¿Y Del Nido? Del Nido es el responsable de todo esto. Es el que decide, corta el pan y reparte el bacalao. Es tan responsable ahora como lo fue de los éxitos deportivos. Decía «Giro Loperiano» porque a mí, ésto, me recuerda terriblemente a la situación vivida por el otro equipo de la ciudad. Igual no venía vestido tan bonito, ni con tan buenas palabras, y todo parecía, permítanme la expresión «más cateto y chabacano», pero huele a lo mismo. Un Presidente que tiene una epifanía, que coge a un Club en un momento de crisis deportiva, económica e institucional, lo lleva a cotas totalmente inéditas, tiene a la afición y la prensa a sus pies pero, en el momento en el que vienen mal dadas, crea una pléyade de perros de presa para que velen por su imagen y es reacio al cambio. Los problemas con la justicia son harina de otro costal; similitudes, o no.
Hace falta abrir las ventanas y que entre aire fresco. Creo que hoy, 19 de Diciembre, tiene que ser un punto de inflexión para el Sevilla Fútbol Club. Es una situación sobrevenida, pero que hay que atajar antes de que se cobre réditos en la entidad que preside Del Nido.
Creo sinceramente que José María Del Nido Benavente y todo su Consejo de Administración deberían dimitir por el bien y la imagen del Sevilla Fútbol Club. Y créanme que es una pena, porque es el mejor presidente de nuestra Historia, SÍ o SÍ.
Fermín Hevia @Ninjalepero en Twitter.