«Fútbol con propiedad»: Grandeza relativa

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GRANDEZA RELATIVA. Por Rubén López.

En nuestro día a día es corriente encontrar debates reiterados sobre un tema que suele gustar tratar: ¿Cuál es la mejor liga del mundo?. Una pregunta a la que la mayoría de seguidores del fútbol suele responder sin demasiada duda, pero realmente es un tema que hay que reflexionar para llegar a una conclusión acertada.

Suelen bombardearnos con el ya repetitivo mote de ‘Liga de las Estrellas’ dado a la Liga BBVA en tiempos en los que la Ley Bosman empezaba a dar guerra y permitía que nuestros equipos se plagaran de jugadores extranjeros de renombre sin ningún tipo de problema más allá del dinero, pero la pregunta es: ¿tener una buena colección de futbolistas espectaculares hace de una competición la mejor?

Para algunos, la respuesta a la anterior pregunta es fácil, si tienes a los mejores participantes, tienes la mejor liga. Pero a mí siempre me gusta reflexionar y llegar a conclusiones menos comunes. Todos conocemos ejemplos de películas con repartos impresionantes (se me ocurre ‘Asesinato Justo’, protagonizada por los dos de los actores más carismáticos que pisaron Hollywood) cuyos resultados fueron decepcionantes, ya sea por cuestiones de dirección, mala asignación de papeles o cualquier tipo de error posible. Saturarse de estrellas no significa saber usarlas para conseguir algo bueno.

Otro motivo hallado esta temporada por los defensores de la Liga BBVA es la presencia de cinco equipos españoles en las semifinales de las dos principales competiciones europeas de clubes. Tiene mérito, no cabe duda, pero el pasado año fueron tres equipos portugueses los que participaron en semifinales de Europa League, ¿eso hace a la Liga Sagres mejor que cualquier otra?. Hay detalles más allá de los resultados europeos, donde los que compiten entre ellos no son las diferentes ligas, sino los equipos que participan en ellas. Gana el mejor proyecto, o el equipo que mejor planteó el partido, no tiene nada que ver con la calidad de la competición doméstica de la que proceden.

Echando un vistazo al resto de competiciones ligueras de Europa, nos encontramos con que la española es la única gran liga en la que, a día de hoy, los dos equipos que luchan por el título son los mismos que el pasado año. En la Premier, United y City se encuentran muy alejados del resto, mientras que el pasado año fue el Chelsea el que quedó por detrás del equipo de Sir Alex Ferguson. En la 10/11, acabó siendo el Inter el que disputó el trono al Milan, mientras que esta temporada es la Juve quien discute el campeonato a los de Allegri. En la Ligue 1, Montpellier y PSG son los que optan al premio en lugar de Lille y Marsella. En la Bundesliga, el Borussia tiene cerca revalidar título, pero uno de sus principales rivales de la pasada campaña, el Leverkusen, está esta vez a casi 30 puntos del liderato. Ni siquiera en la tan comparada liga escocesa vemos un bipartidismo tan claro, ya que uno de sus grandes, el Rangers, está pasando una severa crisis y aunque están en segunda posición, ni siquiera podrán participar en competición europea el próximo año.

Algo que hace grande a una liga es el factor sorpresa, la capacidad que pueda tener un equipo para inmiscuirse entre las posiciones altas, y en España no vemos que eso sea posible. A lo máximo que puede competir cualquier club que no sea Real Madrid o Barça es a ser tercero, y ese no es premio suficiente como para que compense crear un proyecto ambicioso. Los desiguales repartos de derechos televisivos hacen a los pequeños ser más pequeños y a los grandes ser enormes. En España las cosas se hacen para que sólo dos dominen, dos equipos que saben que tienen bien atados a los organismos directores para que no hagan nada que les perjudique, y la opinión pública está de acuerdo.

Una gran liga no programaría horarios de partidos con una semana de antelación, no sería más permisiva con unos que con otros, no buscaría los beneficios económicos de forma tan evidente e incluso ridícula, no dejaría a las televisiones mover los hilos a su antojo ni pospondría partidos para que el público pueda ver la rueda de prensa de dos entrenadores. ¿Es la Liga BBVA la mejor del mundo? Juzguen ustedes mismos.