El beticismo tomó parte durante la semana pasada, se puso en su sitio y el club no tuvo otra que reaccionar.
La autocompasión es un recurso limitado, lo saben hasta ellos, los dirigentes, los jugadores, todos. Decir que no hay más mimbres resulta tan cierto como convenido, más aún si cabe cuando lo que se desea es ponerse a sí mismo el ritmo de trabajo con el escaso nivel de una gestión presuntamente delictiva, como podría haber sido la anterior. Decir poco a poco lo que quieren hacer, que no lo que hacen, o presentar magníficos proyectos, cuando la realidad del día a día es otra que no se parce tanto a lo de un largo plazo en la que ni siquiera se sabe si los que comandan esto estarán para verlo…hasta que la afición se hartó. Tras una humillante derrota que sólo dejaré de recordar cuando muera, el beticismo decidió tomar parte ante este grupo de acomodados que visten en el Betis, tanto de uniforme de futbol como los que visten de chaqueta y corbata, la misma que apretaba a Guillén el pasado martes cuando tuvo que aguantar los descalificativos del respetable. Quién lo diría, ¿verdad?; los salvadores del Betis con titulación universitaria, abucheados en apenas dos temporadas. Tras un sinfín de protestas que han ido desde el propio estadio a las redes sociales, no ha quedado otra que, en un tiempo récord sin precedentes para estas tortugas, crear una oficina de atención al cliente bético, dar acceso a las entradas por internet (increíble avance), pedir perdón al menos tres veces y buscar una cabeza de turco a la que mandar lejos, aunque esto último les ha salido por la culata. El tal Pereira debió haberse ido en verano, pero de estas carencias en la secretaría técnica mejor no explicarse ahora. Por último, el día de autos, la afición, dividida, decidió apoyar a un equipo que pudo ganar, perder o empatar, pero tomó la decisión de asumir la camiseta en serio, ganándose, al menos, el sueldo. A estos corbateros de brillantes relojes decirles que aprendan lo que es dirigir este club, que no está para más trotes de humillación que los ya vividos con Lopera; y a esta afición, además de un diez, hacerle ver que si no vigilan a los dirigentes de su club lo más normal es que haya que enfadarse como la semana pasada. Twitter: @betis_com_es