El Sevilla FC visita Montjuic para enfrentarse a un poderoso FC Barcelona. Tras el chute anímico que supuso ganar el derbi, los de Pimienta llegan confiados y sin nada que perder en un estadio fatídico históricamente. El Sevilla no ha ganado en este siglo y, normalmente, suele salir derrotado. Nianzou es baja por sanción, pero vuelve Sow tras su lesión.
Corren aires limpios en el equipo sevillista. Tras un comienzo de temporada turbio y muchas dudas tanto en lo deportivo como lo concerniente a lo extradeportivo, las aguas se han calmado. La vida se ve mejor con victorias y más si estas llegan en un derbi. Una bala extra para una directiva que ve como se afloja la mano de su cuello mientras reza por que la pelota siga entrando.
Será una empresa quimérica que lo consiga en Barcelona, eso sí. Un feudo donde no ha logrado ganar en este siglo y en el que se enfrentará al equipo más en forma de la liga. Es por eso que los de Pimienta tienen poco que perder y sí mucho que demostrar. Conscientes de que este partido no es trascendente, será una buena prueba para calibrar la mejoría real del equipo.
Porque lo que sí parece claro es que el Sevilla se encuentra en línea ascendente, tanto en juego como en resultados. Su techo es visible y difícilmente lo derribará, pero, al menos, ya mira más hacia él que hacia abajo, donde lleva demasiados años mirando. Pimienta es el gran culpable de esa mejoría, principalmente por sacar rendimiento a varios de sus pupilos.
Con Ejuke y Lukebakio en las bandas, Isaac arriba y Peque por detrás, el Sevilla buscará desplegar su mejor juego defensivo en Can Barça. Otra cosa será su nivel defensivo, muy irregular, que deberá frenar a uno de los mejores ataques del mundo. Sin Nianzou, veremos a Marçao, escudados por Gudelj y Agoumé por delante. Una dura batalla contra el peor coloso posible.
