El Sevilla FC de Mendilibar sufrió su primera derrota. Una derrota justa y clara porque el Girona fue superior en todos los aspectos. Míchel le ganó la partida táctica a su homónimo y los catalanes completaron un partido soberbio con mucha dosis de acierto. Apenas inquietó el Sevilla, que tuvo en las botas de Bryan Gil sus mejores acciones, pero hoy no era su noche. Pinchazo que lo aleja de Europa.
SEVILLA FC: Dmitrovic, Montiel, Badé, Gudelj, Acuña, Fernando (Suso, min. 60), Gueye (Rafa Mir, min. 75), Ocampos, Bryan Gil (Lamela, min. 81), Papu Gómez (Rakitic, min. 60) y En-Nesyri. GIRONA: Gazzaniga, Yan Couto, Bueno, Juanpe, Javi Hernández (Callens, min. 64), Miguel (Valery, min. 74), Iván Martín, Romeu, Tsygankov (Bernardo, min. 88), Riquelme (Artero, min. 88) y Castellanos (Reinier, min. 74). GOLES: 0-1, minuto 23: Juanpe; 0-2, minuto 55: Castellanos. Árbitro: Alejandro Muñiz Ruiz, del colegio gallego. Amarillas para Gudelj y Callens. Incidencias: Estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante 35.000 espectadores. El Number 1 del partido: Badé El Sevilla sufrió un baño de realidad, el primero desde la llegada de Mendilibar. Eran ya muchos los partidos que ganaba en el alambre, alguno casi sin merecerlo, y hoy le tocó la cara amarga. Una derrota sin paliativos, justa y merecida por un Girona que fue simplemente superior. Los de Míchel impusieron su buena salida de balón, a la que no pudo parar la presión alta sevillista, hoy muy desdibujada. Mendilibar le dio la titularidad al Papu y no fue acertada. Sin balón el argentino no aportó y no ayudó en un centro del campo que el Girona controló con facilidad. Al Sevilla le costaba un mundo llegar con claridad y poco a poco el conjunto visitante fue cociendo el gol. Este llegó en un córner que contó con una mala salida de Dmitrovic. Un jarro de agua fría para una afición ilusionada con una nueva victoria.
Tocaba remar y lo cierto es que la reacción no llegaría. Tuvo tramos buenos con balón el Sevilla, pero supo sufrir el Girona, que nunca dejaba de amenazar al espacio. Mendilibar no cambió al equipo con sustituciones y eso lo aprovechó el equipo catalán para hacer la puntilla. Taty Castellanos hacía el segundo en una buena contra y ponía tierra de por medio a un mal partido sevillista. A partir de entonces fue un quiero y no puedo sevillista. Espoleado por el resultado, el Girona se puso a jugar de verdad, a tocar en zonas prohibidas y a salir airoso. El Sevilla corría como pollo sin cabeza, más por corazón que por sentido y así el Girona estaba cómodo. Los cambios de ambos equipos en los minutos finales fueron a la desesperada: Mendilibar situó dos delanteros para colgar balones, mientras que Míchel pobló la defensa. De nuevo salió airoso el equipo catalán, que defendió a las mil maravillas las intentonas sevillistas, que fueron más claras que en el resto de los 80 minutos restante. Tuvo una clara en Nesyri y un palo de Suso cuando moría el encuentro, pero no había manera. Hoy no era el día. Derrota amarga que refleja la verdadera realidad sevillista. Hace un mes peleaba por el descenso, toca bajarla un poco al suelo. Twitter: DAVID RUIZ @David_ruizm Fotos: Sevilla FC
